En la economía global de hoy, hay mucha gente que está sufriendo del hambre, privaciones, y el impacto de la creciente desigualdad de la riqueza, el poder y el acceso a los recursos básicos. Alrededor del mundo, 1,2 billones de personas viven en la pobreza “extrema”.
¿POR QUE QUIÉN TRABAJA MAS RECIBE MENOS?
Para muchos, ver al presidente de su país es algo maravilloso, pero personalmente prefiero ver a un obrero en su lucha diaria, prefiero observar a mi madre trabajando duro para mantener nuestra familia, el trabajo de las personas del común si es trabajo duro!
Se puede comprender a la injusticia como la falta de justicia, de bien común y de equilibrio dentro de diversos grupos sociales que pueden ir desde la comunidad toda hasta el sujeto individual. Como tal, la injusticia implica principalmente el no respeto por los derechos tanto de los individuos como de la sociedad en su conjunto, y este no respeto o esta falta de derechos puede hacerse visible de innumerables formas: algunas más pequeñas y casi invisibles, otras más notorias y flagrantes. Si entendemos que la justicia es la búsqueda del bien común y del bienestar conjunto, la injusticia será entonces el beneficio de algunos en pos del perjuicio a otros.
La injusticia puede estar presente en cualquier tipo de formación social, surge a partir de la corrupción de los valores de verdad, respeto, solidaridad, amor por el prójimo y ética. Cuando alguno de estos valores no se toma en cuenta y es dejado de lado en los comportamientos de todos los días, los actos de injusticia se hacen claramente presentes.
uno de los casos ejemplos de desigualdad social es la desigualdad en materia de ingresos y que está manifestada por la disparidad en lo que respecta a la distribución de los mismos. En casi todas las épocas y en todas las sociedades ha existido y existe esta desigualdad, en tanto, el sistema económico imperante (capitalismo versus socialismo), guerras, diferencias en habilidades y en educación de los individuos, cuentan a la hora de crear esa brecha de desigualdad en los ingresos.
Vale destacarse que la desigualdad social en materia económica desencadena una multiplicidad de problemas que terminarán por afectar el armónico desarrollo de la sociedad en general, entre ellos: caída en la esperanza de vida, adicción a las drogas, problemas mentales, deficientes niveles de educación y salud, aumento de los índices de embarazos juveniles.
El trabajo en pos de la eliminación de las conductas injustas circunstanciales o globales es algo en el que toda la comunidad debe comprometerse. La injusticia existe cuando los individuos de una sociedad o comunidad no reconocen los derechos de los demás y pasan por arriba de ellos. El cambio de actitud ante pequeñas o grandes situaciones de injusticia es el único camino hacia el logro de sólidas estructuras de justicia.
Con esto se quiere decir que más allá que existan normas, leyes, que regulen determinadas actividades y situaciones de la vida en comunidad será preciso que cada individuo parte de la sociedad se comprometa de manera activa a defender la justicia, a promoverlo y por supuesto condenar la injusticia cuando la misma tenga lugar.
Por ejemplo, una persona que pertenece al 10 por ciento de la población con más ingresos en México, obtiene más de 200 mil pesos anuales, en promedio. En tanto que aquellos que se encuentran en el decil de los mexicanos más pobres, apenas 8 mil 700 pesos anuales, indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Mientras, los programas dedicados al desarrollo social en México fracasan.
Así pues, debemos culturalizar a la población tocante a la educación financiera, a sus paradigmas sobre el concepto y uso del dinero, a su conducta impulsiva sobre el consumo y el ahorro. Se debe luchar por crear circunstancias de igualdad. datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indican que México es el segundo país más desigual desde el punto de vista económico de los que integran este organismo internacional.
De acuerdo también con la OCDE, en los últimos 25 años los ingresos reales de los hogares aumentaron un 1.7 por ciento para el 10 por ciento de los mexicanos más ricos, pero sólo 0.8 por ciento para el 10 por ciento más pobre.
Necesitamos concientizar a la población de lo importante que resulta obtener una cultura de libertad económica y éxito financiero bajo el lema ¡Sálvese quien pueda!