Los países empobrecidos y las economías llamadas EMERGENTES tienen una función dual que cumplir cabalmente; por un lado el pago excesivo de intereses al Fondo Monetario Internacional y a su vez, el proponer políticas económicas internas que liberen a estos países del yugo y le permitan obtener el desarrollo sustentable y sostenible que logre impulsar el Desarrollo Social.

Ante esta inevitable realidad la clase media mundial que sostiene económicamente a sus naciones, se ve año con año más deteriorada en su calidad de vida y desafiada a encontrar nuevas formas de obtención de ingresos. Una nueva forma de SER para cambiar el HACER y en consecuencia el OBTENER; lo que da origen a su ambivalencia ocupacional y la obtención de ingresos de manera HOLÍSTICA.

El reto es entonces lograr la Independencia Económica y para lo cual, la preparación es básica pero desafortunadamente los sistemas de Educación no orientan ni guían a las personas a encontrar el camino que los lleve al éxito financiero; es por ello que ante la falta de una cultura encaminada a ofrecer soluciones prácticas a tan terrible mal, la dependencia económica nos obliga de forma perenne a trabajar por dinero y no a lograr que el dinero trabaje para uno.

Obtener la Independencia Económica no es un problema de nivel de instrucción Académica, es un problema CULTURAL heredado desde la FAMILIA misma.

Pero el gran secreto estriba en asimilar y repetir el modelo Neoliberal en nuestro entorno.

En tal virtud es necesario conocer los principios universales que forjan una cultura encaminada a comprender el concepto del dinero  y su manejo, para no caer en la “gran trampa del empobrecimiento de clase media”.